Responsable, del latín respondeo, responder, pero también estar a la altura y luchar (responso). En castellano el sufijo –ble indica capacidad o cualidad de algo; así, manejable es lo que puede ser manejado, dirigible que puede ser dirijido, y un largo etcétera, pero también puede señalar una dignidad o merecimiento, de este modo, respetable es aquel que puede ser respetado, pero también que es digno de respeto o lo merece.
Responsable sería, entonces, aquel al que puede darse respuesta, pero también que es digno de ella e, incluso, la merece. Si hacemos un juego filológico y cambiamos "responder" por "luchar" nos queda que responsable es aquel al que puede mandarse a la lucha, es digno para luchar e, incluso, merece luchar.

El político, el ciudadano, es un hombre responsable, un hombre que vive con los demás. El político merece tener una respuesta y merece luchar por ella.
Sobre la palabra democracia sabemos demasiado, salvo que si uno no es responsable es mejor que no ejerza ese poder (cratos).
Ante la iniciativa de #nolesvotes muchos advierten, o más exactamente temen (con toda la razón) la posible entrada del grupo de la oposición al gobierno con una representación claramente mayoritaria respecto al resto de partidos... Yo pregunto ¿Y?
La democracia es un estado de reflexión y toma de decisiones; es un pensar, constantemente, que nuestras acciones tienen consecuencias, pero también es aceptarlas como hombres libres.
La sustentación del bipartidismo por un temor (en el caso de la izquierda atávico) al otro nos empequeñece, nos hace más irresponsables. El prefijo i- en castellano indica negación o contrario: irrelevante quiere decir que carece de relevancia. Irresponsable sería, entonces, el que no puede tener respuesta, pero también el que no es digno de la lucha ni merece ir a ella. Es el que no merece defender la polis.